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Málaga se vuelve a vestir de pasión por primavera: Comienza la Semana Santa 2025

El Penitente
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Málaga se vuelve a vestir de pasión por primavera: Comienza la Semana Santa 2025

Amanece un nuevo Domingo de Ramos, y Málaga se levanta más tempranera e ilusionada que en cualquier otro momento del año. Lo primero que se puede percibir en el ambiente es ese sonido de las palmas en las manos de los más pequeños, y olor a cera derretida y azahar que se queda flotando en el aire como testigos de una promesa. Las primeras luces del día se mezclan con los nervios, con las túnicas que cuelgan ya planchadas en una percha del armario, con los tambores que suenan desde lejos anunciando lo que viene. Comienza nuestra Semana Santa, la que huele a Calle Larios, a biznaga, a trono, a los barrios y a Tribuna de los Pobres.

Aquí, en nuestra Málaga querida, la Semana Santa no se cuenta, en realidad, se vive. Se guarda en el corazón como una historia familiar, como una herencia legendaria. No hace falta ser creyente para emocionarse viendo como La Pollinica y la Virgen del Amparo bajan la calle Carretería, o contener las lágrimas cuando el Cautivo echa a andar por las calles de su Madre Trinidad entre una multitud que se arrodilla al paso del Señor de Málaga.

Porque eso es lo que pasa aquí: que la fe se vuelve carne y hueso. La fe que se puede tocar. La fe que puede escuchar en cada “¡guapa!” y que se propaga por aire como quien grita un “te quiero” a alguien que lleva mucho tiempo esperando. Se puede ver en las manos temblorosas de una mujer mayor que toca el manto de la Virgen del Rocío como si le entregara la vida. Las calles se convierten en templos al aire libre. En cada rincón hay una historia: una promesa cumplida. Porque lo único que hace falta es ser y estar.

Y es que esta no es una semana cualquiera. Esta es la semana que da sentido al resto del año. La que nos une, la que nos recuerda de dónde venimos. La que nos vuelve niños. La que nos permite llorar sin vergüenza y rezar sin palabras. Hoy, Málaga se transforma. Se convierte en un latido colectivo que vibra al compás de tambores y cornetas, en una ciudad que se rinde con orgullo a su tradición más pura, más viva, más suya.

Málaga ya está en la calle. Málaga vuelve a sentir. Málaga vuelve a ser nazarena.

Laura Pérez Guerrero y Blanca Ramos-Noguera

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