Buscador

Twitter

Facebook

La Soledad y el reloj de la Semana Santa

El Penitente
Compartir Noticia
La Soledad y el reloj de la Semana Santa

Era Sábado Santo -o Domingo de Resurrección-, y el tiempo volvía a apremiar. La noche ya había terminado de morir. Como su Hijo, el que horas más tarde iba a resucitar en Santa Marina; tal y como resucitaba Sevilla el domingo anterior entre gotas embarradas.

Tras una vuelta acelerada, el dolor de la Madre -la que tiene la mayor pena- yacía ya escondido en el interior de la parroquia. El reloj de San Lorenzo marcaba las 00:08 horas cuando se cerraron esas puertas -las últimas-, y el cielo volvía a recordarnos cómo se inició todo. El círculo se cerró tal y como comenzó en el Porvenir.

Poco a poco, como si nada hubiese pasado, todo fue volviendo al ayer; o a la espera del mañana. La cofradía dejaba paso a la Hermandad, y los devotos abandonaban la plaza con el peso de las gotas martilleando nuevamente su cabellera.

A la mañana siguiente, cuando los feligreses acudieron a la Santa Misa del Domingo de Resurrección, se percataron de que algo se resistía a seguir su curso natural: las agujas de San Lorenzo seguían marcando las 00:08 horas.

Entró la Soledad y se detuvo el reloj... de una nueva Semana Santa.

Jesús Hepburn Hernández.


Créditos de la imagen: @AndreaDHispalis

Arriba!