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El Cristo de la Victoria vuelve a la Catedral de Málaga restaurado.

El Penitente
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El Cristo de la Victoria vuelve a la Catedral de Málaga restaurado.

El Cristo de la Victoria, una talla de Alonso de Mena, padre de Pedro de Mena, hecha en 1630, regresa a la Catedral de Málaga. Debido a su muy mal estado de conservación, se hizo imperativo su comienzo de restauración en el pasado mes de enero, materializada en el proyecto de Quibla Restaura S.L. La imagen del Cristo de la Victoria se encuentra en la Capilla de los Caídos de la Santa Iglesia Catedral de Málaga. Inicialmente, la figura se encontraba en el convento de las Clarisas en Capuchinos, siendo donada en la década de 1940 a la Catedral por la comunidad religiosa.

La escultura mostraba daños en el soporte, con grietas en la espalda, paño de pureza y brazos, además de una pérdida de volúmenes en la parte posterior, la corona de espinas, el cíngulo y la cartela del INRI. Los orificios encontrados alertaban de un ataque de insectos xilófagos que habían supuesto que la madera se debilitara. La figura llegó a presentar al menos dos capas de óleo superpuestas a la policromía original realizada al temple, ocultando su tonalidad inicial y su decoración a base de líneas azules y rojas, así como gotas y regueros de sangre. Se comenzó el tratamiento de anoxia por atmósferas controladas, donde se combate a los insectos xilófagos en todos sus estadíos y consiste en la fabricación de un compartimento estanco a medida, del que se extrae el oxígeno para sustituirlo por nitrógeno con un control continuo de la temperatura y la humedad. Este procedimiento, se vio obligado a alargase por la pandemia, mas no se llegó a paralizar completamente.

Para la limpieza de la policromía, se eliminó el polvo y suciedad incrustados. Una vez eliminados los repintes del paño de pureza, se procedió a la limpieza del temple original del mismo con geles de silicona. Se tallaron los fragmentos que faltaban en la corona de espinas, la zona perdida del nudo del cíngulo y los elementos cercenados de la cartela. También se recolocó el brazo desprendido y las piezas de la espalda. El siguiente proceso fue el estucado de las laguna. La reintegración cromática se realizó con pigmentos puros al barniz para las carnaciones y el cabello y con pigmentos al temple para el paño de pureza. Finalmente, se protegió mediante un barnizado por pulverización.


Todo el proceso ha sido realizado bajo la intervención mínima y reversible de seis restauradores y restauradoras, dos tallistas y un equipo de químicos.

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