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Historia | 1960: The Beatles, Jerez de la Frontera y el antiguo misterio de La Estrella

El Penitente
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Historia | 1960: The Beatles, Jerez de la Frontera y el antiguo misterio de La Estrella

Durante el pasado siglo XX muchas han sido las cofradías sevillanas que han renovado sus pasos para adaptarlos a las nuevas modas. Unas veces se trataba de sustituir simplemente andas de escaso valor artístico, en otras ocasiones (en la mayoría), el estilo neogótico o de líneas rectas y la oscura madera, dieron paso a los grandes barcos, dorados y de estilo neobarroco, tan predominantes en la Semana Santa. Las corporaciones, en su gran mayoría, han ganado con la sustitución de sus pasos procesionales, pero existen algunos ejemplos de pasos más que interesantes que abandonaron Sevilla y que hoy se pueden admirar en otros puntos de la geografía española.

Una de las piezas patrimoniales más bella e importante de las que desertaron de la ciudad es, sin duda, la del paso de El Cachorro, sobre las que procesionó entre 29 y el 73 del pasado siglo. Unas magníficas andas realizadas en el taller de Antonio Castillo Lastrucci y que en 1974 se vendieron a la Sagrada Cena de Jerez de la Frontera. Para este paso, Castillo utilizó buena parte del diseño que hizo para el paso en el que debía procesionar el misterio de la Presentación al Pueblo, realizado un año antes y que nunca llegó a ver la luz. El que, si hicieron los de San Benito, también se vendió a una hermandad jerezana, a la de Santa Marta. Enrique Guevara relata cómo, en 1966, el paso salió el Martes Santo en San Benito y ese mismo Sábado Santo ya procesionó en la localidad gaditana.

Pero el intercambio entre Sevilla y Jerez no termina aquí. A partir de la década de 1920, artistas hispalenses como Lastrucci o Rodríguez Ojeda exportarán su talento hasta las lindes del Guadalete, y no serán pocas las corporaciones que vendan sus joyas patrimoniales a la vecina ciudad: desde el palio y el manto de la Amargura, en manos de la Hermandad los Judíos desde 1926, al palio y manto de la Virgen de la O comprados 1930 por la Piedad, o el antiguo paso de misterio de Nuestro Padre Jesús de Las Penas, de la Hermandad de La Estrella y que vemos en la fotografía que acompaña esta líneas.

La instantánea data de 1960, inicio de una década de grandes transformaciones sociales en todo el mundo, marcada por la Guerra Fría, por el avance tecnológico, el auge contracultural y la lucha por los derechos civiles. Un año cargado de acontecimientos importantes a nivel mundial, marcando el comienzo de un nuevo tiempo de cambio y progreso, con el inicio de la Revolución Cubana, la llegada del primer satélite meteorológico al espacio, el Tiros 1 o la creación de la UNESCO. En 1960, el mundo era testigo del nacimiento de la que está considerada como la banda más importante del movimiento undeground de la década de los sesenta y de la historia de la música: The Beatles, que por entonces, liderados por la dupla Lennon-McCartney, empezaban a hacerse un hueco en la escena musical de Liverpool, inicialmente con Stuart Sutcliffe en el bajo. El trío central de Lennon, McCartney y Harrison, tocarían junto a múltiples baterías antes de pedirle a Ringo Starr que se les uniera en el 62 y llegara «Love Me Do» y quien les acompañaría hasta la boda en Gibraltar de Jonn y Yoko y la separación definitiva de la banda en 1970. Pero esto forma parte de otra historia…

Volvamos a nuestra Semana Santa, la de nuestros padres y abuelos, la de 1960. Una Semana Santa aún en blanco y negro pero que empezaba a ver colorearse sus esquinas. Un público que observaba cofradías tan distintas, pero a la vez, tan similares a las que hoy vemos en la calle. Por aquel entonces se podía ver al Señor de la Sentencia en la mañana del Viernes Santo, por un barrio de la Macarena con casas encaladas, con la túnica de Juanita Reina, recién estrenada ese mismo año y que diseñara Joaquín Castilla. En la otra orilla, esa misma Madrugada, el misterio de las Tres Caídas, con la anterior composición de Castillo Lastrucci, con el romano a caballo tras el Señor, levantaba pasiones sobre el paso vendido a la Vera Cruz de Utrera, conocido como «El Portaaviones». Los cambios en el andar de los costaleros ya estaban a la primera orden del día.

Y sin cruzar el puente volvemos al Domingo de Ramos, para detenernos en la calle Pagés del Corro, en nuestra antigua fotografía de la Hermandad de La Estrella. En la imagen se nos presenta el imponente Señor de las Penas de la Hermandad trianera aún sobre su antiguo paso, acompañado de las figuras secundarias del taller de Castillo Lastrucci, estrenadas unos años atrás en 1952. Lo vemos iniciando su estación de penitencia desde San Jacinto, desde donde saldrá hasta el 11 de abril de 1976, fecha en la que se trasladó a su capilla. Estas personales y recordadas andas procesionales, fueron diseñadas y talladas por José García Roldán, mientras que la imaginería del canasto y respiraderos se debían a José Rivera, y el dorado del mismo por parte de Herrera y Feria. No sería hasta el Domingo de Ramos de 1980, cuando estrena el igualmente extraordinario paso actual obra del maestro tallista Antonio Martín Fernández, junto la imaginería de Luis Ortega Brú. Ese mismo año las antiguas andas, las que contemplamos en la imagen, serán vendidas a La Borriquita de Jerez, esta vez de Los Caballeros, en Badajoz.

El aspecto que presentaba este misterio, después de las múltiples modificaciones confirma que existe una intención de la Hermandad trianera de mejorar la representación de la escena. El Cristo de las Penas, una de las grandes tallas de la Semana Santa, ofrecía en su última estación de penitencia un aspecto diferente gracias a los dos elementos, acertadamente recuperados: la corona de espinas y la soga. Las nuevas telas y sobre el colorido de las vestimentas del resto de figuras suman a la riqueza del cromatismo, al compás de la variedad de tonos en el exorno floral. La escena no es fácil, la imagen del Cristo es tan potente que hay que afinar mucho la escenografía y un nuevo misterio para La Estrella sería un reto para cualquier imaginero. Pero el reto es absolutamente apasionante.

Texto: Juan Miguel Sánchez @juanmi_sanchez_

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