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Pasan los campanilleros, 100 años de la marcha prohibida

El Penitente
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Pasan los campanilleros, 100 años de la marcha prohibida

Era la Sevilla de 1924 y un Manuel López Farfán de 52 años estaba a punto de revolucionar la Semana Santa y convertirse en el genio que cambió para siempre el devenir de la música procesional cofrade. Antes de él todo eran marchas fúnebres, bien originales escritas exprofeso para tal o cual imagen, o adaptaciones de piezas clásicas o de ópera. Y llegó Farfán...

Cuentan las crónicas de «El Liberal» que fue todo un acontecimiento cuando el 13 de abril de aquel 1924, Domingo de Ramos, a eso de las siete de la tarde salía la Hermandad del Amor con sus tres pasos a una abarrotada Plaza del Salvador que respiraba en blanco y negro. Al hacer su aparición la Virgen del Socorro, todavía con su anterior aspecto antes de la restauración de Castillo Lastrucci, la banda de Soria 9 con el compositor sevillano a la cabeza, estrenaba la marcha “Pasan los campanilleros”. Todo sería diferente a partir de entonces. Aquel día, ante un público que estallaba en clamorosa la ovación, sobrecogido ante aquel alarde de creatividad, se comenzaba a escribir la historia una de la marcha que marcó un punto de inflexión en la música cofrade. Una historia cargada de turbulencias, prohibiciones y hasta mutilaciones, y que a sus cien años de edad sigue siendo la obra más interpretada, por ejemplo en La Campana, en la reciente Semana Santa de 2023.

Dedicada al Cristo de las Siete Palabras, la obra del genio de San Bernardo cambiaba el estilo, cambiaba el ritmo, rompía los esquemas anteriores e incluso introducía una parte cantada teniendo, un éxito arrollador. Tal vez el motivo de tal triunfo es la capacidad que tuvo López Farfán para unir su maestría compositiva con el folclore. La parte cantada era interpretada por el coro de campanilleros de Castilleja de la Cuesta, con una letra basada en la copla «En la cima del Monte Calvario», con la que el coro solía romper el silencio de las frías calles de la comarca del Aljarafe sevillano.

Convertida en paradigma de la música popular, el éxito de la pieza sólo es comparable al maltrato que ha sufrido a lo largo de sus cien años de vida, con frecuentes mutilaciones, recortes y versiones. En los años 60, las bandas eliminan el sublime trío final y reiteran, hasta lo indecoroso, la parte de las campanillas. Por su parte, y siguiendo la moda de la mutilación, la banda de La Cruz Roja encabezada por Enrique García, realiza una nueva versión que remata con los llamados “Campanilleros del Rosario”, de discutible acierto y que no solo sonaba tras los pasos de palio, en la década de los 60 se extiende también tras los pasos de Cristo.
Los excesos tanto en las interpretaciones como en los estridentes movimientos de los pasos de palio al ritmo de la música, provocaron que el Consejo de Hermandades censurara su interpretación en la carrera oficial durante décadas al creerse ser demasiado folclórica y por provocar continuos retrasos en cada jornada de la Semana Santa. Pasan los campanilleros se convirtió así en la marcha prohibida.

No será hasta 1972 cuando se podrá escuchar la primera grabación en disco, de la mano de Soria 9. Para la nueva versión, la de Tejera, habrá que esperar a los años 80. Es en esa misma década, en 1988 cuando Abel Moreno la reinterpreta a su manera, desfigurando la marcha al considerarla defectuosa. Es de agradecer que no existiera efecto contagio. Los años de continuo maltrato continuaron hasta que en 1991 The London Philharmonic graba para la película “Semana Santa de Sevilla” de Gutiérrez Aragón y Juan Lebrón un arreglo Antón García Abril que le devuelve todo el esplendor a la marcha prohibida. Pero no será hasta la madrugada del Viernes Santo de 1996 cuando, contra todo pronóstico, la Macarena rompa con el veto impuesto por el Consejo y llegue a La Campana, arropada por una gran ovación y a los sones de la creación del maestro López Farfán, que volvería desde entonces tener un auge y respeto que conserva hasta nuestros días.

El pasado 9 de noviembre, a las puertas de un 2024 repleto de efemérides y de salidas extraordinarias, la Hermandad de las Siete Palabras se citaba de nuevo con la historia para dar comienzo a los actos conmemorativos del primer centenario de “Pasan los Campanilleros”, una pieza que sin duda es santo y seña de la corporación y sin la cual sería imposible comprender la Semana Santa de Sevilla.

Texto: Juan Miguel Sánchez @juanmi_sanchez_

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